viernes, 14 de octubre de 2011

Preludio

No puedo levantarme de la cama. No tengo fuerzas...
Mi mente está seca

Siento un hueco en el corazón y a la vez siento que tengo atravesada una estaca.

Hoy soñé contigo... Hoy que rogaba que no sucediera...

Quisiera arrancarme el corazón... Lo intenté, pero solo logré apretujar y lastimar mi piel. El maldito bastardo no sale.
Me irrita con su estúpido latido ¿Por qué no puede detenerse? O al menos que lo haga en silencio.

Anoche pensé que si lo intentaba, si me concentraba, podía morir. Pero no importa cuanto lo desee... Tú no vales la pena.

Intento hacer eterno el tiempo a mi manera. En mi cama, con la luz apagada. Sin hablar, sin escuchar, cerrando los ojos para no ver. El tiempo corre demasiado lento. Las cosas comienzan a perder significado. Es mi muerte, mi muerte artificial. Es donde ya no intento estar bien. Donde te recuerdo, donde te amo, donde te odio. Donde lloro... Es mi muerte, cada día alla fuera es mi funeral ¿no lo ves? Claro que no... Tú ya no me miras. Ahora solo estorbo ¿no? Tus sentimientos por mí se van apagando, mientras los míos, a petición tuya siguen intactos.

Yo no soy idiota... Yo tuve razón todo este tiempo.
Tú eres idiota, ves que nos estamos alejando y no me buscas, me dejas el trabajo a mí. Se te va a regresar, ya te lo digo.

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