lunes, 11 de abril de 2011

Sin título

A veces, y ultimamente mucho, me dan ganas de salirme de la escuela... De dejarlo todo así a medias... De olvidarme de esas cosas que realmente... Ni sé porqué estudio...


No quiero estar ya así... No entiendo... No entiendo... Soy estúpida o algo... Porque no entiendo... Y soy una maldita mediocre porque no me pongo a esforzarme por completo, debería ponerme a estudiar en los ratos libres, en vez de perder el tiempo...


Soy idiota... Porque, aunque lea... No logro entender... Y lo que entiendo... No es suficiente...


Estoy cansada... Estoy muy cansada... No quiero estar aquí... No quiero... No quiero...


Y si, supongo que debería intentar cambiar en vez de estarme quejando, que mejor lo arregle en vez de lamentarme...


Al diantre... Yo me quejo si quiero... Y lloro también... Porque lo único que logro es mediocre y es la misma basura de siempre... Yo soy mediocre, yo soy esa misma basura de siempre...


Yo de verdad intenté entender... De verdad... No miento...


Me pregunto porqué sigo aquí... Y aún mas... ¿Por qué no me largo...?


Ah, si... Esque soy tan inútil, que no sé que podría hacer... No me dejarían salirme de estudiar...


¿Tendría que irme de mi casa?


... 

martes, 5 de abril de 2011

Dania

Creo que no les he presentado a Dania...

Dania salió un día, no recuerdo como... Era uno de esos días en los que algo pasa y te pones a pensar en todo lo que te decían, en como te trataban... Dania es un poco de mí... Es un poco de todos...

Está incompleto, no sé cuando lo termine. Ni siquiera sé si lo haga, pero me gusta... Así que lo subo, espero que a ustedes también les agrade...

Por cierto...

Dania: Dios es mi juez. De origen hebreo
Me llegó solo a la mente, busqué el significado hasta después. Me encantó una vez que lo encontré... Queda con la historia


Dania


"Vete... No mires... No escuches... No sientas... No quiero que me mires... No quiero que escuches mi voz... No quiero que me sientas..."

Se acomodó en posición fetal, los golpes no cesaban, sentía un hilo caliente de sangre resbalar por su rostro, le ardían los brazos, las piernas ya ni las sentía.

Risas, insultos... Golpes... Tantos que no podía contarlos. Y dentro de sí misma mas insultos, mas golpes, mas risas, quizá aún peores que las de sus compañeras. Abrazó sus piernas con mas fuerza y dejó que su mente se fuera a otro lugar, así era como hacía siempre, así era como soportaba cada viernes. Y este viernes era especial, era su cumpleaños, sabía que después de clases ellas vendrían a darle su "regalo".


...


-¡Esperen! ¡Creo que ya no se mueve!-
-Estás loca-
-No, güey, es neta, no se mueve-

La verdad es que ella no pensaba en nada, no las escuchaba, no se había dado cuenta que habían dejado de golpearla, solo se aferraba a su cuerpo y en su mente tarareaba con todas sus fuerzas la melodía de alguna canción que le gustara.

-¿Qué hacemos...?
-... Vámonos
-¿La vamos a dejar aquí?
-Pues si, ¿no? o que... ¿Quieres llevártela a tu casa y explicar lo que pasó? Es su culpa, ella se lo buscó
-... ¿Y si nos acusa?
-No lo hará, además... ¿A quién crees que le crean mas? ¿A esa o a nosotras?
-Al menos llevémosla a un lugar donde no se vea tanto
-Llévala tú si quieres, yo ya me voy
-Espérenme, ¡no me dejen aquí!


...


Dania se había levantado ese día con un mal sabor de boca, era su cumpleaños... El día menos esperado del año.

Cumpleaños significaba trato "especial" por parte de sus compañeras, significaba fingir que todo estaba especialmente bien, que le gustaba estar ahí. Significaba mentirle a su madre para que esta no se preocupara aún mas por ella. Y esque después de que se fuera su padre, a su madre le había tocado hacer de ambos. La quería e intentaba estar el mayor tiempo posible en casa para estar con ella, sin embargo, Dania pasaba sola la mayor parte del tiempo. Era ahí cuando se trataba las heridas y pensaba en lo que le inventaría que hizo ese día mientras ponía una sonrisa enorme en su rostro.

Ese día Dania no quería sonreír, habría dado cualquier cosa por amanecer enferma, por un resfriado aunque sea... Pero no... Su salud estaba estúpidamente perfecta.

Bajó las escaleras pesadamente pensando en como fingir sorpresa cuando su madre le mostrara su regalo. Lo había visto ya desde el lunes, era un sweater verde, bastante bonito en realidad, pero no duraría mucho si fuera con él a la escuela. Una pena, ya que le gustaba en verdad.

lunes, 4 de abril de 2011

31 de Marzo del 2011

Foto: Yo


Tengo ganas de que llueva. Extraño los días de secundaria en que, estando en clase de informática, veía el piso mojarse y olía la tierra húmeda

Extraño la frescura del viento tocando mi rostro al poner un pie fuera del salón. Extraño el chapoteo de mis zapatos negros al pisar un charco, la parte de debajo de mi pantalón del uniforme y mis calcetines mojándose. Extraño que el agua se meta en mis zapatos y enfríe mis pies, y que al pisar, salgan burbujas y se escuche un sonido divertido.

Extraño mi mochila rosa con gris en mi hombro, extraño que mi cabello pierda el alaciado y mi camiseta pese.

Extraño ver a la gente correr para refugiarse, mientras yo camino a propósito por los charcos, disfrutando de las ondas que mis pies forman en el agua.

Extraño el cielo nublado que vi en aquellos días y el viento que me acompañaba a casa por las noches.

Extraño bajar por esas escaleras mojadas, con tanta gente que, quisiera o no, tenía que bajar corriendo.

Extraño sentir el futuro tan lejano y que el presente es eterno. La mochila llena, los bolsillos solo con un teléfono celular y una llave. El corazón anhelando encontrar a un igual con quién compartir esos días de lluvia.

La incomodidad de mi cabello rizado, el empezar a alaciarlo, y ese gran paso de usar una prenda extra de ropa, marcando, aparentemente, el comienzo de una transición de niña a mujer. Tanta esperanza para el futuro, pensar que todo se arreglará y estará mejor después.

Aún sin aceptarlo, tanta fé en mí, en que podría ser feliz…