Cada mañana tengo que purificarme... Abro los ojos, te echo de menos, lloro un rato... Me calmo... Vuelvo a llorar...
Así me estoy hasta que consigo levantarme, intento no pensarte, intento ocupar mi mente con cualquier otra cosa... Lo que sea...
Pongo una asquerosa sonrisa en mi rostro y salgo al mundo...
Me haces tanta falta... Pero no puedo pensar en ello noche y día...
Llego en la noche y al recostarme vuelvo a pensar en tí...
Te lloro hasta que me entra sueño... Me invento un poco de esperanza para lograr no sentir ese frío dentro de mí...
Y me duermo soñando con tus labios y tu voz...
Al día siguiente despierto y nuevamente tengo que purificarme...
No hay comentarios.:
Publicar un comentario