viernes, 10 de junio de 2011

Cuando entré a la universidad, el primer semestre, reprobé una. Hice examen no ordinario, saqué un 5.59, la maestra me regaló una décima y pasé.

Cuando estaba en segundo, no reprobé nada, mi promedio mejoró y pude volver a estar en la mañana.

En tercero reprobé química básica, no le entendía, me explicaban y me olvidaba después lo que me habían dicho, supongo que en realidad no lo entendía bien, aunque yo decía que si. Como sea, hice examen no ordinario y no lo pasé. Este semestre la llevé de repe. Al fin aprobé.

En cuarto, el semestre que acaba de terminar, reprobé proba y fisio... Proba no me entra así nadamás... Al parecer, aunque comienzo a entender, es un tema que para mi cerebro es difícil comprender al inicio. Fisio es mucho que memorizar, pero... Confío en que tal vez pueda lograrlo.

Me asusta pensar qué será en quinto y los que sigan, sé que debo intentar que no empeore, pero aunque depende de mí, me asusta...

Y entonces pienso: ¿Qué rayos hago yo estudiando esto...?

De cualquier manera, tengo que terminar esto, buscar un empleo y también buscar quién rayos soy yo y qué quiero de mi vida. Porque no basta con estudiar una carrera. Puedes estudiar algo que no te guste demasiado y aún así, intentar ser feliz. O puedes estudiar lo que siempre soñaste y terminar con una vida mediocre. Lo que estudie no definirá si soy o no soy feliz. Hace falta ver qué empleo consigo, dónde vivo, con quién tengo contacto, si tengo y quiero una familia, o si prefiero estar sola, si tengo o no tengo mascota, si mi casa es azul o es verde... Pero por ahora, terminar la escuela es lo que tengo que hacer, y es algo que me parece difícil y no me fascina, pero ¿qué se le va a hacer?...

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