martes, 5 de abril de 2011

Dania

Creo que no les he presentado a Dania...

Dania salió un día, no recuerdo como... Era uno de esos días en los que algo pasa y te pones a pensar en todo lo que te decían, en como te trataban... Dania es un poco de mí... Es un poco de todos...

Está incompleto, no sé cuando lo termine. Ni siquiera sé si lo haga, pero me gusta... Así que lo subo, espero que a ustedes también les agrade...

Por cierto...

Dania: Dios es mi juez. De origen hebreo
Me llegó solo a la mente, busqué el significado hasta después. Me encantó una vez que lo encontré... Queda con la historia


Dania


"Vete... No mires... No escuches... No sientas... No quiero que me mires... No quiero que escuches mi voz... No quiero que me sientas..."

Se acomodó en posición fetal, los golpes no cesaban, sentía un hilo caliente de sangre resbalar por su rostro, le ardían los brazos, las piernas ya ni las sentía.

Risas, insultos... Golpes... Tantos que no podía contarlos. Y dentro de sí misma mas insultos, mas golpes, mas risas, quizá aún peores que las de sus compañeras. Abrazó sus piernas con mas fuerza y dejó que su mente se fuera a otro lugar, así era como hacía siempre, así era como soportaba cada viernes. Y este viernes era especial, era su cumpleaños, sabía que después de clases ellas vendrían a darle su "regalo".


...


-¡Esperen! ¡Creo que ya no se mueve!-
-Estás loca-
-No, güey, es neta, no se mueve-

La verdad es que ella no pensaba en nada, no las escuchaba, no se había dado cuenta que habían dejado de golpearla, solo se aferraba a su cuerpo y en su mente tarareaba con todas sus fuerzas la melodía de alguna canción que le gustara.

-¿Qué hacemos...?
-... Vámonos
-¿La vamos a dejar aquí?
-Pues si, ¿no? o que... ¿Quieres llevártela a tu casa y explicar lo que pasó? Es su culpa, ella se lo buscó
-... ¿Y si nos acusa?
-No lo hará, además... ¿A quién crees que le crean mas? ¿A esa o a nosotras?
-Al menos llevémosla a un lugar donde no se vea tanto
-Llévala tú si quieres, yo ya me voy
-Espérenme, ¡no me dejen aquí!


...


Dania se había levantado ese día con un mal sabor de boca, era su cumpleaños... El día menos esperado del año.

Cumpleaños significaba trato "especial" por parte de sus compañeras, significaba fingir que todo estaba especialmente bien, que le gustaba estar ahí. Significaba mentirle a su madre para que esta no se preocupara aún mas por ella. Y esque después de que se fuera su padre, a su madre le había tocado hacer de ambos. La quería e intentaba estar el mayor tiempo posible en casa para estar con ella, sin embargo, Dania pasaba sola la mayor parte del tiempo. Era ahí cuando se trataba las heridas y pensaba en lo que le inventaría que hizo ese día mientras ponía una sonrisa enorme en su rostro.

Ese día Dania no quería sonreír, habría dado cualquier cosa por amanecer enferma, por un resfriado aunque sea... Pero no... Su salud estaba estúpidamente perfecta.

Bajó las escaleras pesadamente pensando en como fingir sorpresa cuando su madre le mostrara su regalo. Lo había visto ya desde el lunes, era un sweater verde, bastante bonito en realidad, pero no duraría mucho si fuera con él a la escuela. Una pena, ya que le gustaba en verdad.

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